La comida rápida en el punto de mira del gobierno.

Con la comida no se juega nos decían de pequeños. Ahora el nuevo Gobierno parece que si quiere hacerlo; y es que Alberto Garzón, titular de Consumo ha anunciado la creación de un posible impuesto sobre la ‘comida basura’. Una medida que por el momento se está estudiando y que ya genera muchas dudas dentro del sector alimenticio.

La mayoría de los productos de alimentación están grabados en España con un IVA del 10%, exceptuando los bienes de primera necesidad donde se reduce al 4%. Además del IVA, el vino, la cerveza o las bebidas espirituosas soportan Impuestos Especiales. Regiones como Cataluña ya intentaron implantar en el pasado una tasa a las bebidas azucaradas. La Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas ha criticado esta medida afirmando que con la fiscalidad no se cambian hábitos y comportamientos.

¿Qué se busca con esto?

De acuerdo a la FIAB este tipo de medidas tiene un carácter recaudatorio que sólo tiene como efecto disminuir la renta de los ciudadanos, especialmente a los de rentas más desfavorecidas.

Por un lado, los clientes tendrían que pagar más por los productos insanos (el IVA pasaría del 10% al 21%). Los productores además, necesitarían incluir etiquetas nutricionales en todos sus alimentos.

Por otro lado hay que destacar que el problema en este caso es determinar qué es comida basura o fast food. Se trata de un terreno muy etéreo y poco concreto y e cualquier caso habrá que ver cómo se van a definir estos conceptos. El precedente a esta posible tasa sobre la comida basura lo tendríamos en la tasa a las bebidas azucaradas aprobada por Cataluña y que fue tumbada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en 2019. Y es que podría suponer un perjuicio contra las empresas de este sector.

En LaBE velamos por los derechos de estas empresas y de los consumidores gracias a un amplio equipo de expertos especializados en la materia que aportarán un asesoramiento completo y multidisciplinar.

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